jueves, 26 de abril de 2007

La mina-hombre de Bianchi





Venia de un viaje en el metro cuando una hermosa mujer veinteañera se sentó junto a mi en el suelo del vagón. Me fijo (de casualidad se los juro) que desde la parte posterior de su pantalón no solo se ve la ya tradicional gaviota de su colaless rojo furioso (pienso en lo poco que veiamos en nuestros ingenuos ‘80s, sin imaginación no clasificabamos ni para masturbadores) sino que también su picara y coqueta “rayita”, que precedida de un pequeño peto no tenía la más mínima posibilidad de amparo que recibir siquiera por fortuna.

Yo trataba de concentrarme en mi libro de Rivera Letelier, pero a cada detalle “concupiscente” de su prosa la rayita se me venía a toda página en desplegable…”por favor Tobi – pensaba para mis adentros -no queremos salir hoy en TVN como el “mirón del metro” con una decenas de feminas queriendo demostrarle a todo Chile que se sintieron violadas ante mi mirada.

Finalmente, milagro mediante, logré zafar y llegar a mi hogar en busca de bibliografía para enriquecer este humilde espacio. Fue así que me encontré con una entrevista al periodista deportivo Felipe Bianchi a cerca del manoseado tema de la “nueva mujer”. En ella realizaba una interesante disquisición acerca de que la mujer, en su afán de parecerse al hombre habría copiado el peor modelo de nosotros: “¿qué gracia puede tener- plantea- una mujer peleadora, curá, que garabatea como cuma, que fuma como carretonera, que juega fútbol, que se pasa el día trabajando, competitiva, egoísta y que, para más remate, te dice que te quiere culear? - prosigue- por favor, eso no es una mujer, es un hombre con tetas, y para peor, un hombre de hace dos decadas”.

Y claro, pensé, eso es un hombre, pero un hombre de cuyo modelo hace rato nos queremos desmarcar. Hoy, por ejemplo, no consideramos un alago que nos digan que somos "trabajólicos" - “este gueon pensará que no paso con mis hijos”, se queda uno pensando. Los garabatos a viva vos: entre amigos y copeteados, mientras uno tiene que soportar los insufribles “¡¡¡GUEOOOOONAAA!!!” hasta en el ascensor. La fumada: en retirada. El tiempo compartido con los hijos: algo que nos enorgullece y no “una carga de la sociedad machista patriarcal y misógina”, mientras, uno ve como muchas mujeres-lulú de hoy se les deforma el rostro ante la posibilidad de que ella se haga cargo de la progiene un sábado en la tarde- "sshh..trabajo toda la semana". (Claro que lo hacen felices si matan dos pájaros de un tiro y van a ver a su mamá…). En una portada quiosquera el rostro de la veterana actriz Gloria Munchmeyer con el encabezado : “Si, sexo sin amor, como los hombres”, con cara de declaración de principios. Y pensé -Bianchi tenía razón. Estás minas tienen al viejo de mierda como modelo..y yo, porque cresta me sensibilice tanto???.

En ese momento se me vino a la mente mi “rayita” del metro, mi sensual escote glutear que me hizo transpirar más que los 35 grados que debió haber tenido ese carro y pensé, en como podría condecirse semejante arrebato de sensualidad de la “nueva mujer” con la teoría de Bianchi…y sobrevino la tragedia.

Quise olvidarlo pero fue imposible, una vez que esas imágenes se generan estas frito..ahí están. Ví como ese desenfado con que un sin número de mujeres hoy develan su rayita, no eran atribuibles ya a aires coquetos y eróticos como yo presuponía en mi desquiciado ego de macho, sino, nuevamente, a los recalcitrantes aires emancipadores fémeninos, y su contraparte masculina no era otra que la soberana raja del carretonero morbido o del maestro de la “contru”, que con los elásticos vencidos del buzo trataba de alzar algún saco de cemento dejándonos ver, impúdico, su humanidad menos noble: la mítica "alcancía". Mi "rayita" vaciada de sensualidad, había perdido toda su provocación.

"Ya no solo están orgullosas de tirarse flatos -pensé- de fumar como carretonero y decirte que te quieren culear, sino que además están orgullosas de andar con la raja al aire". En definitiva: lo peor de lo nuestro. Una vez más Bianchi tenía razón y de paso mi grato momento de placer urbano se esfumó para no volver. Claramente el tipo es un observador Tobiano, pero puta que me cagó la onda. Ahora cada vez que veo una raya al aire y sus derivados (rollos al viento) no veo si no a un clon progesterónico de Homero Simpson, que, como todos saben, es muy simpático pero definitivamente no calienta a nadie.

Tobi

3 comentarios:

Rita Vera dijo...

Habra que buscarte entonces una musulmana con la cabeza tapada. Muy divertido tu blog me has hecho reir mucho.

Blusa Transparente dijo...

Esta bueno el blog... pero mucha teoría, falta más placer.

Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

Pa la otra una foto con mejor resolución po wn!