lunes, 7 de mayo de 2007

El eterno resplandor de una mente sin recuerdos



Cosa compleja es la memoria. Sobre todo, la falta de ella. Tema debatido ampliamente a niveles políticos, pero pocas veces a nivel de género.

Me encontraba hace un tiempo con una amiga leyendo el notición de la semana en un quiosco: un deportista de elite criollo le respondía a una modelo exponiendo discretamente su curriculum amoroso. Al parecer esta niña había revelado que al “cabro” no solo tenía su humanidad media reducida sino que al parecer las mujeres le interesaban "poco".
Discurría yo internamente sobre el nivel de nuestros medios de comunicación escritos cuando un comentario de mi amiga me sacó de mi circunloquio socio-político: "Que maricón!"

Se me vino al instante las varias veces que había escuchado ese comentario a otras mujeres en circunstancias parecidas: “un caballero no tiene memoria”, nos neuroprogramó el matriarcado.
"Oye-le dije a mi amiga-y si la tipa lo dejó como chaleco de mono para todo Chile, que el tipo retruque al mismo nivel..no te parece justo, o por otra parte, no te parece inquietante que los diarios se presten para estas payasadas, por último no te parece por, lo menos más alegórico, más comentable que la señorita en cuestión se haya “servido” a la selección chilena completa?"
Nooo- contestó ella indignada, ya casi como algo personal- maricón el tipo....último!!.

Aparecía nuevamente ese acuerdo tácito de no revelar el historial sexual de las féminas de esta patria. Cualquier cosa menos eso.

Mi madre estaba de acuerdo, mi amiga, mi abuela, primas...era un imperativo sagrado colectivo y multietario.

Pero si no estamos hablando de una inmoralidad, pensé, o de un delito o una aberración.

Así lo discutíamos con amigos en un asado Tobiano cuando uno de ellos, dejándose llevar por el alcohol en la sangre comenzó a lanzar datos de una ex-polola, conocida por varios. Luego, le siguió otro pero esta vez habló de su actual pareja..una novia. "Yaaaa que tanta guea!!!....a desclasificar mierrda” fue la consigna. No tardó entonces en aparecer sobre la mesa información sobre algunas esposas y amantes de los comensales en un acto catárquico de rebeldía y liberación.

Y así poco a poco comenzó a develarse el misterio...la razón por la cual existía semejante protocolo del silencio de tanta mujer :

Resultó ser que en la gran mayoría de los casos las mujeres en cuestión nos habían dicho que éramos "el primero". Honrosas excepciones declararon a su actual pareja como el segundo, eso si que "contigo conocí el placer, mi amor", retrucaban.

También resultaba que en estos casos, el de los segundones, se declaraba que el miembro del expositor era leejos, pero leejos, "mas dotado que el del anterior" y entregaban ahora entre lágrimas, emocionadas, sus "primeras veces" por otros orificios, a sus actuales maridos y parejas. Frigideces, vaginismos, traumas del que hacían gala un número sorprendente de casos nos hacia pensar que solo en nuestros brazos y lechos nuestras mujeres conocieron el éxtasis. En general nos dimos cuenta que todos, cual más cual menos, pensábamos hasta ese momento que si no nos hubiéramos cruzado en el camino de nuestra mujer, éstas se habrían recluido en un claustro carmelita.

"A ti también te dijeron la misma guea??" era la expresión tobiana ante esta revelación del cuarto secreto de Fátima al que asistíamos. Que Priorato de Sión y que ocho cuartos. Estás minas habían contado el mismo cuento por décadas. Y no es por ser mal pensado pero, si uno le conoce a las amigas cercanas el curriculum, así como el propio (siempre hubo una mujeres ahí, no?), justo a nosotros venir a tocarnos las que bajaban el promedio nacional???..estarán de acuerdo que era por lo menos sospechoso.

Otra cosa que corroboramos era que todas se ofendían ante la mención de la posibilidad de que ellas hayan incurrido alguna vez en infidelidad. (Aun con el 58% de infidelidad matrimonial de las cifras oficiales). Otra vez éramos los afortunados.

Todas no manifestaban el más mínimo interés sexual en los amigos más cercanos. Ante la consulta varias ponían cara de asco o declaraban "mmm...nunca me lo había planteado...ahora que lo dices...mm..no se..." a pesar de las miradas, mensajes de texto, llamadas y mails (con fotos adjuntas) que más de alguno conservaba corroborando exactamente lo contarario.

...15..30 amigos consultados y a nadie le dijeron algo así como: "no, si yo culié como loca en al U, nunca he llevado la cuenta, que querís que te diga, me gusta la wea..." Datos que uno confiesa a la primera....como talla muchas veces, o aumentando el número. Seremos gueones??

Y claro, asi uno empezó a entender porque durante aquella "primera vez" declarada de tal mina (la primera vez que quieran: primera vez tirando, primera vez engañando al marido, por detroit, oral, primera grupal...) a los dos minutos te estaban haciendo una performance digna de porno sueca, con escándalo y demanda tácita...y uno pensaba que la gracia era de nosotros, los "maestros iniciáticos".

Por eso también tanto homicidio y titular para “La cuarta”, pensé yo, cuando un chileno se encuentra con ese cuadro apocalíptico: la señora de uno bien atendida por otro en la cama. Como no va a ser asi si hasta ese momento esa mina te hizo creer que era algo muy parecido a la madre Teresa de Calcuta.

Lo que más me calienta es que después salen con la frasecita: "los hombres no entienden a las mujeres". Pero claro que no las entendemos, ¡¡¡ si se han pichicateado el curriculum toda la vida!!!!...como vamos a llegar a conocerlas si los datos que manejamos están más arreglados que mesa de cumpleaños.
Y no me vengan con eso de “es que los hombres no están preparados para asumir esa realidad”. Cuentos!!. Yo diría más bien que esas mujeres no están dispuestas, como tantas veces, a perder los privilegios que les da su rango de “doncella”. Y por otra parte, de a poco los Tobianos hemos ido agradeciendo esas experiencias anteriores, son las mujeres más bien las que despellejan a sus congéneres cuando se hacen con alguno de estos “datitos”.

Amigos tobianos, desclasificad los archivos y vereis como se repiten las historias. Ese era el gran secreto del que éramos víctimas: a nuestras mujeres le gusta la “cosa” tanto o más que a nosotros y su verdadera lista ni siquiera la sospechamos. Menos aún, que en muchos casos el contador sigue girando.

Levanten esa copa Tobianos, cercanos y lejanos, conocidos y desconocidos, y brindemos por la honesta desfachatez sexual, que en una de esas, lo que hemos compartido es algo más que un mismo vaso de cerveza.

Tobi

1 comentario:

arq dijo...

Don Tobi, realmente sus enseñanzas me dejan pasmado, es usted un maestro, que sabiduría !!!!